Rita Benkhalti, CEO de North Horizon Immigration y consultora de inmigración certificada por el Consejo Regulador de Canadá.
De acuerdo con la Embajada de Canadá en México, desde hace 78 años ambos países mantienen una relación de intercambio económico y cultural que se caracteriza por el movimiento de personas, aumentando el comercio y las inversiones.
Como muestra de la importancia de los migrantes en la economía canadiense, la cual está ubicada entre las diez principales en el mundo, en plena crisis del coronavirus el Gobierno de Canadá dio a conocer su plan migratorio para otorgar más de 1.3 millones de residencias permanentes en diferentes categorías migratorias hasta el 2024.
Además, el gobierno ha demostrado su preferencia por migrantes que ya residen en Canadá con alguna actividad laboral, empresarial y/o educativa, dándoles prioridad absoluta por encima de migrantes que realizan solicitudes desde sus países de origen, sin haber desempeñado alguna de las actividades anteriores en Canadá.
Por ejemplo, como consultores de inmigración canadiense, el 98% de las familias mexicanas que asesoramos para postularse a la residencia permanente, en la actualidad ya viven en el país de la hoja de maple.
Emigrar a Canadá requiere de planeación y estrategia. El interesado debe tener claridad de la ruta crítica a seguir antes de presentar su aplicación a la embajada. Cuando se planea una estrategia con anticipación, entre 6 a 10 meses, el candidato y su familia se sienten mejor preparados y les da más posibilidades para lograr un proceso exitoso.
Como es el caso de Laura y su esposo, pareja mexicana que en 2020 decidió emigrar a Toronto junto con sus dos hijos para iniciar una nueva vida y que ahora forman parte de ese 98% antes mencionado.
Para este proceso la pareja requirió conocer cuál era el programa que se adaptaba a sus perfiles y necesidades, además del tiempo que invertirían. Una vez realizados todos los pasos que contempló su estrategia migratoria, Laura fue quien aplicó y obtuvo su permiso de estudiante, con ello pudo mudarse en familia e iniciar un diplomado en enero del 2021. Mientras tanto, su esposo goza de un permiso de trabajo abierto.
Otro ejemplo son Manuel y Claudia, originarios de la Ciudad de México, quienes en el último trimestre del 2019 decidieron emigrar invirtiendo en un negocio en Vancouver. Durante los primeros meses del 2020, se enfocaron en planificar su proyecto desde México. No obstante, al igual que muchos otros casos, la pandemia provocó que hicieran pausa en su proceso, debido a que, no podían viajar a Canadá en carácter de visitantes por razones de negocios cuando el país norteamericano cerró sus fronteras.
Cuando en septiembre de 2021 Canadá anunció la reapertura de sus fronteras, la pareja por fin pudo viajar para conocer los negocios en venta, establecer su empresa, abrir cuentas de banco y explorar la zona donde vivirían. Es preciso aclarar que en el plan de migración como inversionista, tarde o temprano será indispensable que el interesado viaje a Canadá para cumplir con ciertas actividades comerciales antes de entregar una solicitud de permiso de trabajo para operar su nuevo negocio, como fue el caso de Manuel y Claudia.
Así como los sueños canadienses de mexicanos que he compartido, en los próximos años, varios de estos recibirán ofertas laborales, se inscribirán a programas de estudios o iniciarán negocios en alguna provincia canadiense. Lo que los hará buenos candidatos para solicitar residencias permanentes y contribuir a cumplir con las metas del ministerio de migración.
Si desea asesoría para su estrategia d emigración a Canadá, puede reservar una consulta con Rita Benkhalti, consultora regulada en inmigración canadiense.
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